Parashá 13 Shemot
Éxodo 1:1 – 6:1
By Dr. K.
Blad ©
Second
edition 2013-14
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permitted.
Aliyás
de la Torá:
Haftará: Isaías
27:6 – 28:13; 29:22-23 (tradición ashkenazí); Jeremías 1:1 – 2:3 (tradición
sefardí)
Los
Escritos Mesiánicos: Lucas 1:1-2:20
Shemot
Significa
“nombres”.
Primera
aliyá, 1:1-17
Los
hijos de Israel que fueron a Egipto son doce, cada uno fue con su familia. En
total salieron 70 almas de los lomos de Yaakov. Yosef muere y toda su
generación. Los hijos de Israel aumentan mucho y la tierra se llena de ellos.
Se levanta un nuevo rey en Egipto que no conoce a Yosef. El pueblo de Israel
es más numeroso y más fuerte que el pueblo egipcio y por eso el faraón dice
que tienen que proceder astutamente con ellos para que no se multipliquen y
sean una amenaza en la guerra y se vayan. Pone capataces que los oprimen con
duros trabajos. Edifican las ciudades Pitom y Ramsés. Pero cuanto más los oprimen
más se multiplican. Los egipcios empiezan a temer a los hijos de Israel y
amargan su vida obligándolos a trabajar duramente. El rey de Egipto ordena a
las parteras hebreas matar a los hijos varones recién nacidos pero pueden
dejar vivir a las hijas. Sin embargo, las parteras temen a Dios y no hacen
caso al rey de Egipto.
Segunda aliyá,
1:18 – 2:10
El
rey de Egipto pregunta a las parteras por qué han dejado con vida a los
niños. Las parteras contestan que es porque las mujeres hebreas son más
robustas que las egipcias y dan a luz antes que las parteras vengan. Las
parteras rediben ayuda divina y el pueblo sigue multiplicándose. Dios
prospera las familias de las parteras porque le temieron. Entonces el faraón
manda a todo su pueblo que echen a todo niño recién nacido al río y dejen
vivir a toda niña.
Un
hombre de la tribu de Leví toma a una mujer levita. Ella concibe y da a luz
un hijo bueno que esconde por tres meses. Luego al no poder ocultarlo más
toma una cesta de juncos y la prepara para poner allí al niño y colocarlo
entre los juncos del río. La hermana del niño se pone a lo lejos para ver qué
sucede. Viene la hija del faraón para bañarse y sus doncellas ven la
cestilla. La hija del faraón la abre y al ver al niño llorando tiene
compasión de él. La hermana pregunta a la hija del faraón si quiere que llame
a una nodriza hebrea para criar al niño para ella. Ella dice que sí y la
muchacha va en busca de su madre. La hija del faraón pide a la madre que
lleve el niño para criarlo para ella y así tendrá su salario. Después de
crecer el niño es llevado a la hija del faraón quien lo adopta como su hijo
llamándole Moshé, porque fue sacado de las aguas.
Tercera
aliyá, 2:11-25
Moshé,
ya crecido, sale a ver a sus hermanos y su duro trabajo. Al ver un egipcio golpeando
a un hebreo Moshé mata al egipcio y lo esconde en la arena. El día siguiente
cuando ve a dos hebreos riñendo pregunta al ofensor por qué está golpeando a
su compañero. Él responde: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre
nosotros? ¿Estás hablando de matarme como mataste al egipcio? Moshé tiene
miedo. El faraón oye del asunto y procura matar a Moshé, pero él huye de su
presencia a Midyán y se sienta junto a un pozo. Siete hijas del sacerdote de
Midyán vienen a sacar agua y dar de beber al rebaño de su padre. Unos
pastores vienen para echarlas de allí, pero Moshé las defiende y da de beber
al rebaño. Cuando vuelven a Reuel él las pregunta por qué han venido tan
pronto hoy. Al responder que un egipcio los ha ayudado, su padre les dice que
le inviten a comer algo. Moshé accede a morar con él y él le da su hija
Tsiporá como esposa y ella da a luz un hijo. Moshé le pone por nombre
Guershom, que significa “extrangero allá”, por ser peregrino en tierra
extranjera.
Cuarta
aliyá, 3:1-17
Moshé
apacienta el rebaño de su suegro Yitró y lo conduce más allá del desierto,
hasta el monte de Dios, Jorev. El ángel de HaShem se aparece en una llama de
fuego en una zarza que no se consume. Cuando Moshé se acerca para mirar, Dios
lo llama por su nombre de en medio de la zarza. No puede acercarse sin
quitarse los zapatos porque el lugar es tierra consagrada. “Yo soy el Dios de
tu padre, el Dios de Avraham, el Dios de Yitsjak y el Dios de Yaakov”. Moshé
cubre su rostro por temor. Dios dice que ha visto la aflicción de su pueblo
en Egipto y escuchado su clamor. Por eso ha descendido para liberarlos de los
egipcios para llevarlos a una tierra espaciosa donde hay seis pueblos
viviendo. El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta él y él ha visto
la opresión de los egipcios. Al ser enviado al faraón para sacar a su pueblo
de Egipto Moshé contesta: “¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar a los
hijos de Israel de Egipto?”. Dios promete estar con él y la señal es que
después de la salida le servirán en este monte.
Moshé
pregunta por el Nombre del Dios de los padres de Israel. “Yo seré el que
seré”, recibe como contestación. A los hijos de Israel debe decir: “SERÉ me
ha enviado a vosotros”, “YHWH, el Dios de vuestros padres, el Dios de
Avraham, el Dios de Yitsjak y el Dios de Yaakov, me ha enviado a vosotros.
Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación
en generación.”
Quinta
aliyá, 3:18 – 4:17
Moshé recibe la orden de ir a reunir a los
ancianos de Israel y decirles que HaShem los ha visitado. Él sabe cómo los
tratan en Egipto y por eso los sacará de allí y los llevará a una tierra que
mana leche y miel. Los ancianos le escucharán y juntos irán al rey de Egipto
para decirle que el Dios de los hebreos los ha salido al encuentro. Por eso
pedirán permiso para salir tres días de camino al desierto para ofrecer
sacrificios al Eterno su Dios. Sin embargo el rey de Egipto no los soltará.
Entonces el Eterno extenderá su mano para herir a Egipto y después los
soltará. Los egipcios darán al pueblo objetos de plata, oro y vestidos para
sus hijos e hijas.
Moshé piensa que no le van a creer. Entonces el
Eterno le da poder para transformar su vara en una serpiente. Por eso
creerán. Además podrá poner su mano en el seno para que se llene de lepra
como la nieve y luego al ponerla otra vez en el seno se sana. Si no creen por
la primera señal creerán por la segunda. Pero si todavía no creen por las dos
señales podrá derramar agua del río en la tierra para convertirla en sangre.
Moshé dice que nunca ha podido hablar bien.
HaShem le pregunta quién ha hecho la boca. Él estará con su boca. Poer al
pedir que envíe su mensaje con otro HaShem se aira con él y le dice que su
hermano Aharón podrá hablar en su lugar. Moshé tendrá que poner las palabras
en la boca de su hermano. HaShem les enseñará lo que tendrán que hacer.
Aharón servirá de boca y Moshé servirá de Elohim. Moshé tendrá
que llevarse la vara para hacer las señales.
Sexta aliyá, 4:18-31
Moshé
vuelve a la casa de su suegro y le pide permiso para volver a sus hermanos en
Egipto. Yitró le dice: “Ve en paz”. HaShem dice a Moshé que vuelva a Egipto
porque han muerto todos los que buscaban su vida. Entonces toma a su mujer y
a sus dos hijos y vuelve a Egipto con la vara de Dios en su mano. HaShem le
vuelve a decir que haga los milagros delante del faraón, pero él endurecerá
su corazón y no dejará ir al pueblo. Moshé tendrá que decir al faraón que
Israel es su primogénito y si no lo deja ir HaShem matará su primogénito.
En
una posada en el camino HaShem le sale al encuentro para matarlo. Entonces
Tsiporá toma un pedernal y corta el prepucio de su hijo y lo pone a los pies
de Moshé. Entonces HaShem lo suelta.
Aharón
recibe la orden de ir al desierto para encontrarse con Moshé y así se
encuentran en el monte de Dios. Moshé cuenta todo lo que el Eterno le ha
mandado hacer. Seguidamente los dos se van de allí y reúnen a los ancianos de
Israel. Aharón les cuenta todo lo que Dios ha hablado a Moshé y él hace las
señales ante el pueblo. El pueblo cree y cuando oye que HaShem los ha
visitado y visto su aflicción, inclinan sus cabezas en reverencia.
Séptima
aliyá, 5:1 – 6:1
Moshé
y Aharón van al faraón y le dicen: “Así dice HaShem, Dios de Israel: “Deja ir
a mi pueblo para que me celebre fiesta en el desierto.”” Pero el faraón no
sabe quién es HaShem para que escuche su voz y deje ir a Israel. Ellos le
dicen que el Dios de los hebreos los ha encontrado. Piden tres días de camino
para sacrificar al Eterno su Dios para que no venga sobre ellos con peste o
espada. El faraón no los escucha y ordena que vuelvan a sus labores. Manda a
sus capataces que ya no entreguen paja al pueblo para hacer ladrillos como
antes, la tendrán que buscar ellos. Pero tendrán que exigir la misma cantidad
de ladrillos diarios porque son perezosos al querer sacrificar a su Dios. Así
no escucharán palabras mentirosas.
El
pueblo sale por toda la tierra para recoger rastrojos en lugar de paja. Los
capataces los maltratan por no entregar la misma cantidad de ladrillos como
cuando tenían paja. Los jefes israelitas son azotados porque no se cumplió la
tarea diaria.
Los
jefes van al faraón y se quejan. El faraón dice que son perezosos por querer
sacrificar a HaShem. Tendrán que entregar la misma cantidad de ladrillos sin
recibir paja. Los jefes ven que están en problemas. Cuando salen del faraón y
se encuentran con Moshé y Aharón que los están esperando, los jefes se
enfrentan con ellos pidiendo que el Eterno los juzgue por haberlos hecho
odiosos ante el faraón y sus siervos para que los maten. Entonces Moshé se queja
contra HaShem preguntando por qué le ha enviado. Desde que vino a hablar con
el faraón en el Nombre de HaShem, el faraón ha hecho mal al pueblo. Tampoco
HaShem ha hecho nada para liberarlo. HaShem responde y dice: “Ahora verás lo
que haré al faraón; porque por la fuerza los dejará ir; y por la fuerza los
echará de su tierra.”
Comentarios
Primera
aliyá, 1:1-17
1:7 “Pero
los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y
llegaron a ser poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos.”
(LBLA) – Aquí vemos como el Eterno cumplió sus promesas de multiplicar a los
hijos de Israel, cf. Génesis 17:2; 22:17; 26:4, 24; 48:4.
1:9 “y
dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y
más fuerte que nosotros.” (LBLA) – Si lo vemos desde una perspectiva
profetica parece ser que este texto indica que el pueblo de Israel finalmente
será mayor que el resto del mundo. Me estoy refiriendo a todos los que por
medio de Yeshúa son injertados en el pueblo santo. Hay escrituras que dan a
entender que finalmente la mayor parte de la población del mundo se salvará y
así entrará en el pueblo de Israel por medio del Mesías.
En
Isaías 54:1 está escrito:
“Grita
de júbilo, oh estéril, la que no ha dado a luz; prorrumpe en gritos de júbilo
y clama en alta voz, la que no ha estado de parto; porque son más los hijos
de la desolada que los hijos de la casada--dice HaShem.” (LBLA revisada)
En
Gálatas 4:26-28 está escrito:
“Pero
la Jerusalén de arriba es libre; ésta es nuestra madre. Porque escrito está:
REGOCIJATE, OH ESTERIL, LA QUE NO CONCIBES; PRORRUMPE Y CLAMA, TU QUE NO
TIENES DOLORES DE PARTO, PORQUE MAS SON LOS HIJOS DE LA DESOLADA, QUE DE LA
QUE TIENE MARIDO. Y vosotros, hermanos, como Yitsjak, sois hijos de la promesa.”
(LBLA revisada)
Más
serán los hijos de la Jerusalén celestial, que los hijos de este sistema
mundial.
1:12 “Pero
cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más abrían brecha, de manera
que llegaron a temer a los hijos de Israel.” (LBLA revisada) – La opresión
produjo multiplicación. Este principio vemos en toda vida espiritual sana. Si
no hay algún tipo de opresión y persecución nuestra vida espiritual no
andamos bien, como está escrito en 2 Timoteo 3:12:
“Y
en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en el Mesías Yeshúa,
serán perseguidos.” (LBLA revisada)
En
Lucas 6:26 está escrito:
“¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen
bien de vosotros!, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos
profetas.” (LBLA)
No
tengamos miedo de las persecuciones sabiendo que son un medio para nuestra
multiplicación. Cuando no hay resistencia tendemos a aflojar nuestra entrega
y consagración al Eterno. Los conflictos y persecuciones nos mantienen en
constante alerta y dependencia de nuestro Padre Celestial. No te defiendas en
los momentos de calumnia, ¡multiplícate!
En
Hechos 4:24-31 está escrito:
“Al
oír ellos esto, unánimes alzaron la voz a Dios y dijeron: Oh, Señor, tú eres
el que HICISTE EL CIELO Y LA TIERRA, EL MAR Y TODO LO QUE EN ELLOS HAY, el
que por el Espíritu de Santidad, por boca de nuestro padre David, tu siervo,
dijiste: ¿POR QUE SE ENFURECIERON LOS GENTILES, Y LOS PUEBLOS TRAMARON COSAS
VANAS? SE PRESENTARON LOS REYES DE LA TIERRA, Y LOS GOBERNANTES SE JUNTARON A
UNA CONTRA HASHEM Y CONTRA SU MESÍAS. Porque en verdad, en esta ciudad se
unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los
pueblos de Israel, contra tu santo siervo Yeshúa, a quien tú ungiste, para
hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera. Y
ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que tus siervos hablen tu
palabra con toda confianza, mientras extiendes tu mano para que se hagan
curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Yeshúa.
Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron
llenos del Espíritu de Santidad y hablaban la palabra de Dios con valor.”
(LBLA revisada)
Aquí
vemos que la opresión sobre la comunidad en Jerusalén trajo algo bueno.
Produjo una oración ferviente. En lugar de pedir que se fuera la opresión
pidieron que tuvieran más poder para resistirla y multiplicarse en medio de
ella. Nuestra respuesta a la opresión no es escondernos, sino multiplicarnos
y extender aún más la Torá y el mensaje del Mesías Yeshúa con el poder del
Espíritu del Santo.
La
vida de un creyente en Yeshúa debe ser una vida de oración y estudio de la
Torá. Un creyente normal debe apartar, como mínimo, una hora diaria a la
oración y debe leer, como mínimo, un capítulo diario en las Escrituras. Un
líder debe dedicar de tres a cinco horas diarias a la oración y tomar mucho
tiempo en el estudio diario de las Escrituras. Una regla buena para un
creyente normal es dedicar un día a la semana al ayuno. Los líderes deben
ayunar de uno a dos días por semana. Así se desata el poder del Eterno entre
nosotros y se extenderá más rápido el Reino del Mesías. Si no tomamos en
serio estas cosas ahora, cuando no hay muchas persecuciones en los países
latinos, es posible que el Eterno permita que venga la persecución para que
tomemos en serio nuestro compromiso con el Reino de los Cielos.
El
resultado de la persecución en Egipto fue que el pueblo clamó al Eterno y ese
clamor produjo esa gran manifestación del poder en la salida. Las
manifestaciones sobrenaturales son los resultados de nuestros sacrificios al
Eterno.
En
Hechos 8:1b, 4 está escrito:
“En
aquel día se desató una gran persecución en contra de la comunidad en
Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto
los apóstoles... Así que los que habían sido esparcidos iban predicando la
palabra.” (LBLA revisada)
La
persecución que hubo en Jerusalén trajo un buen resultado. La palabra se
expandió y aún más personas se añadieron a la congregación del Mesías.
1:17 “Pero
las parteras temían a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había
mandado, sino que dejaron con vida a los niños.” (LBLA revisada) – Las
autoridades han sido puestas por Dios, como está escrito en Romanos 13:1-6:
“Sométase
toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de
Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que
resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se
han opuesto, sobre sí recibirán condenación. Porque los gobernantes no son
motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal.
¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de
ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo,
teme; porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un
vengador que castiga al que practica lo malo. Por tanto, es necesario
someterse, no sólo por razón del castigo, sino también por causa de la
conciencia. Pues por esto también pagáis impuestos, porque los gobernantes
son servidores de Dios, dedicados precisamente a esto.” (LBLA)
El
propósito principal de las autoridades es castigar al que hace el mal y
honrar al que hace el bien, como está escrito en 1 Pedro 2:13-14:
“Someteos,
por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey, como
autoridad, o a los gobernadores, como enviados por él para castigo de los
malhechores y alabanza de los que hacen el bien.” (LBLA)
Las
leyes del Eterno son las que dictan lo que es bueno y lo que es malo, no por
las de los hombres o la idea de la mayoría del pueblo. Lo que el Eterno
considera correcto es correcto y lo que el Eterno considera maligno es
maligno. Así que las leyes de los gobiernos tienen que ajustarse a las leyes
divinas para cumplir con su función. Si un gobierno no cumple con el
propósito divino será castigado y eventualmente eliminado por el Eterno que
lo ha puesto en esa posición.
Las
Escrituras dicen que un pueblo recibe el gobierno que merece, cf. Nehemías
9:37. Si el pueblo vive en pecado, el Eterno le da un gobierno malo. El
problema de los gobiernos corruptos no son los hombres del gobierno en primer
lugar, sino el pueblo que vive en pecado. Si el pueblo se arrepiente de sus
pecados, el Eterno le da un gobierno bueno y justo. El pueblo recibe el
gobierno que merece. Otros textos que hablan de este tema se encuentran en:
Jeremías 27:5-7; Ezequiel 25:14; Proverbios 21:1; 24:21; Eclesiastés 8:2-9;
10:20; Daniel 2:21; 4:17 (heb. 14), 25-26 (22-23), 32 (29); 5:21.
Es
necesario someterse y obedecer las autoridades que hay, porque han sido
puestas por Dios. Nuestra obediencia a las autoridades debe ser ejemplar en
todos los asuntos que no contradigan las leyes divinas. El que se somete al
gobierno muestra respeto a Dios. El que se rebela contra el gobierno con
actitudes, palabras u obras, se rebela contra Dios. Sólo hay un caso cuando
no podemos obedecer las autoridades, cuando nos intentan obligar a hacer algo
en contra de las leyes del cielo, dadas en la Torá de Moshé. La voluntad y leyes
divinas están por encima de las leyes humanas, como está escrito en Hechos
4:19-20 y 5:29:
“Mas
respondiendo Kefa y Yojanán, les dijeron: Vosotros mismos juzgad si es justo
delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque nosotros no
podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído... Mas respondiendo Kefa y
los emisarios, dijeron: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.”
(LBLA revisada)
Las
parteras temieron a Dios que había dictado que es malo matar a un ser humano.
El mandamiento del rey de Egipto se rebeló contra la ley divina. Por lo tanto
las parteras no tenían ninguna obligación a obedecer al rey. Hay que temer
más a Dios que a los hombres, como dijo el Yeshúa en Mateo 10:28:
“Y
no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien
temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el
infierno.” (LBLA)
Segunda
aliyá, 1:18 – 2:10
1:20-21
“Y Dios favoreció a las parteras; y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy
poderoso. Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios, El prosperó sus
familias.” (LBLA) – Dios honró a las parteras por haberle temido más que al
rey de Egipto. Prefirieron arriesgar sus vidas en este mundo que arriesgar
sus vidas en el mundo venidero.
2:2 “Y
la mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso, lo escondió
por tres meses.” (LBLA) – Aquí se trata de que vio algo espiritual. El niño
no era solamente bello de manera física, sino que había algo sobrenatural
alrededor de su nacimiento. Según la tradición, Moshé nació el día 7 de Adar
(febrero-marzo). Un Midrash[1] dice que
la luz de la shejiná (presencia divina manifestada) llenó la
habitación cuando nació. Otro Midrash[2] dice que
Moshé nació circuncidado. Lo cierto es que había algo muy especial con este
niño. La madre tomó la decisión de ocultarlo durante tres meses exponiendo su
propia vida para salvar a su hijo. Esta obra fue tan importante que es
mencionada en la lista de los héroes de fe en Hebreos 11:23, donde está
escrito:
“Por
la fe Moshé, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses,
porque vieron que era un niño hermoso y no temieron el edicto del rey.” (LBLA
revisada)
La
fe superó el temor del rey. Lo contrario de temor es fe, confianza, como está
escrito en Marcos 5:36:
“No
temas, cree solamente” (LBLA)
Como
la fe abre las puertas para que el Eterno pueda obrar en tu vida, el temor
abre las puertas para que el maligno pueda obrar en tu vida.
2:3 “Pero
no pudiendo ocultarlo por más tiempo, tomó una cestilla de juncos y la
calafateó con asfalto y brea. Entonces puso al niño en ella, y la colocó entre
los juncos a la orilla del río.” (LBLA) – Rashí cita el Midrash[3] y dice que
ella usó barro por dentro y brea por fuera. Así el niño no sentiría el fuerte
olor de la brea.
En
Deuteronomio 18:15, 18-19 está escrito:
“Un
profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará HaShem tu
Dios; a él oiréis... Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y
pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. Y
sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi
nombre, yo mismo le pediré cuenta.” (LBLA revisada)
El
profeta como Moshé, del cual se habla, es una referencia al Mesías. De esta
manera podemos estudiar la vida de Moshé y encontrar muchos eventos paralelos
con la vida del Mesías Yeshúa, como está escrito en Mateo 21:11:
“Y
las multitudes contestaban: Este es el profeta Yeshúa, de Natseret de Galil.”
(LBLA revisada)
En
Juan 6:14 está escrito:
“La
gente entonces, al ver la señal que Yeshúa había hecho, decía: Verdaderamente
este es el Profeta que había de venir al mundo.” (LBLA revisada)
En
Hechos 3:22-23 está escrito:
“Moshé
dijo: HASHEM ELOHIM OS LEVANTARA UN PROFETA COMO YO DE ENTRE VUESTROS
HERMANOS; A EL PRESTAREIS ATENCIÓN en todo cuanto os diga. Y sucederá que
todo el que no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de
entre el pueblo.” (LBLA revisada)
Como
Moshé fue expuesto a un peligro de muerte poco después de su nacimiento por
causa del edicto de un rey malvado, así Yeshúa tuvo que ser rescatado de las
manos del malvado rey Herodes, como está escrito en Mateo 2:13-16:
“Después
de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se le apareció a Yosef en
sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y
quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para
matarle. Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se
trasladó a Egipto; y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera
lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: DE EGIPTO LLAME A MI
HIJO. Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran
manera, y mandó matar a todos los niños que había en Bet-Lejem y en todos sus
alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de
los magos.” (LBLA revisada)
Al
mismo tiempo vemos como Moshé fue salvado del peligro de la muerte en el
agua. De la misma manera Yeshúa fue sacado de las “aguas” de la muerte, como
está escrito en Jonás 2:5-6:
“Me
rodearon las aguas hasta el alma, el gran abismo me envolvió, las algas se
enredaron a mi cabeza. Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con
sus cerrojos me ponía cerco para siempre; pero tú sacaste de la fosa mi vida,
oh Eterno, Dios mío.” (LBLA)
En
el Salmo 18:16 está escrito:
“Extendió
la mano desde lo alto y me tomó; me sacó de las muchas aguas.” (LBLA)
En
el Salmo 69:14-15 está escrito:
“Sácame
del cieno y no dejes que me hunda; sea yo librado de los que me odian, y de lo
profundo de las aguas. No me cubra la corriente de las aguas, ni me trague el
abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca.” (LBLA)
2:10 “Cuando
el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, y vino a ser hijo suyo; y
le puso por nombre Moshé, diciendo: Pues lo he sacado de las aguas.” (LBLA
revisada) – El Midrash[4] cuenta que
fue después de 24 meses que Moshé fue llevado a la hija del faraón. Según
Rashí, el nombre Moshé[5] viene de
la raíz mashá[6] que
significa “sacar”. El nombre Moshé anuncia que el Mesías tendría que ser
sacado de la muerte para poder ser el libertador de Israel y el mundo.
Tercera
aliyá, 2:11-25
2:11 “Y
aconteció que en aquellos días, crecido ya Moshé, salió a donde sus hermanos
y vio sus duros trabajos; y vio a un egipcio golpeando a un hebreo, a uno de
sus hermanos.” (LBLA revisada) – La identidad hebrea en este joven fue más
fuerte que la identidad egipcio. La expresión “sus hermanos” indica una
identificación muy poderosa en su interior. Él tuvo que pasar una crisis profunda
de identidad. Se preguntaba ¿Quién soy? ¿Soy egipcio o hebreo? Finalmente
tomó la decisión de seguir su corazón y unirse con los hermanos de sangre.
Esta
misma experiencia está teniendo aquellos que se han criado en el mundo gentil
pero tienen sangre judía o un alma judía. En este tiempo están sintiendo el
fuerte impulso de salir de donde se han criado y unirse con “sus hermanos”,
los judíos. El hecho de salir del contorno gentil y unirse al pueblo hebreo
es una de las obras de fe más grandes, según Hebreos 11:24-26, donde está
escrito:
“Por
la fe Moshé, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de
Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de
los placeres temporales del pecado, considerando como mayores riquezas el
oprobio del Mesías que los tesoros de Egipto; porque tenía la mirada puesta
en la recompensa.” (LBLA revisada)
Vemos
como el Mesías estaba en la mente de Moshé cuando tomó la decisión de unirse
al dolor del pueblo escogido. El Mesías se identificó con su pueblo y tomó
sus pecados sobre sí, como está escrito en Mateo 1:21:
“Y
dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Yeshúa, porque El salvará a su
pueblo de sus pecados.” (LBLA revisada)
En
Isaías 53:4-6 está escrito:
“Ciertamente
Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo,
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas Él fue
herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El
castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido
sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual
por su camino; pero HaShem hizo que cayera sobre El la iniquidad de todos
nosotros.” (LBLA)
El
oprobio del Mesías produce riquezas en el olam habá, el mundo venidero,
como está escrito en Romanos 8:16-18:
“El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y
si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con el Mesías,
si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos glorificados con
El. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos
de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.” (LBLA revisada)
En
2 Corintios 4:17-18 está escrito:
“Pues
esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que
sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se
ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales,
pero las que no se ven son eternas.” (LBLA)
Los
sufrimientos que padecemos por causa del Mesías en este mundo, producen un
eterno peso de gloria en el mundo venidero. La manera de poder aguantar el
dolor y el sufrimiento es estar pensando en lo que produce. Habrá una gran
recompensa para los que sufren por causa del Reino, como dijo nuestro Maestro
Yeshúa en Lucas 6:22-23:
“Dichosos
sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de
insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
Alegraos en ese día y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es
grande en el cielo, pues sus padres trataban de la misma manera a los
profetas.” (LBLA)
Moshé
puso su mirada en la recompensa invisible que sería revelada en el futuro.
También se fijó en el Invisible, como está escrito en Hebreos 11:27:
“Por
la fe salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como
viendo al Invisible.” (LBLA)
Los
sufrimientos por causa del reino producen recompensa en el olam habá,
y todo tipo de sufrimientos en este mundo produce un carácter agradable para
el Eterno, si reaccionamos de manera correcta ante ellos, como está escrito
en Yaakov 1:2-4:
“Tened
por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo
que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su
perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte
nada.” (LBLA)
En
Romanos 8:28-29 está escrito:
“Y
sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien,
esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que
de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen
de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos.” (LBLA)
El
propósito de los sufrimientos que pasamos es que seamos moldeados conforme a
la imagen del Hijo de Dios. Esa es la meta que el Padre tiene para cada uno
de sus hijos.
2:14 “Y
él respondió: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros?
¿Estás hablando de matarme como mataste al egipcio? Entonces Moshé tuvo
miedo, y dijo: Ciertamente se ha divulgado el asunto.” (LBLA
revisada) – Moshé fue rechazado la primera vez cuando
vino a sus hermanos. De la misma manera la mayoría de los judíos rechazaron
al libertador Yeshúa cuando vino por primera vez, como está escrito en Hechos
7:23-25:
“Pero cuando iba
a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar
a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver que uno de ellos era
tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al egipcio.
Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por
medio de él, pero ellos no entendieron. Al día siguiente se les presentó,
cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo:
"Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís el uno al
otro?" Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo:
"¿QUIÉN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ SOBRE NOSOTROS? "¿ACASO
QUIERES MATARME COMO MATASTE AYER AL EGIPCIO?" Al oír estas palabras,
MOSHÉ HUYO Y SE CONVIRTIÓ EN EXTRANJERO EN LA TIERRA DE MIDYÁN, donde fue
padre de dos hijos.” (LBLA
revisada)
Todavía no se había cumplido el tiempo fijado de
estancia en Egipto. Por lo tanto no era el tiempo para que Moshé liberara al
pueblo. El llamado estaba en su vida y el deseo de cumplir el llamado no
faltaba pero faltaban dos cosas: el tiempo correcto y la manera correcta. Al
precipitarse ocurrió un desastre. En su propia ira y celo por su pueblo
hebreo cometió un asesinato. Esa no era la manera de actuar. HaShem tenía
otro plan, y Moshé tenía que aprender a colaborar con Él en lugar de hacer
las cosas por su propia cuenta y su propia fuerza. El secreto del éxito en el
Reino es colaborar con el Eterno en Sus proyectos y no hacer las cosas a
nuestra manera, como está escrito en Juan 5:19:
“Por eso Yeshúa,
respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede
hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que
hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.”(LBLA revisada)
Aquí vemos que el Hijo de Dios no es
todopoderoso. Él depende totalmente de su Padre. Así la voluntad del Eterno
tenía éxito en su vida, como está escrito en Isaías 53:10b:
“la voluntad de
HaShem en su mano prosperará.” (LBLA
revisada)
De la misma manera nosotros no podemos hacer nada
sin la ayuda del Mesías Yeshúa como está escrito en Juan 15:4-5:
“Permaneced en
mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la
vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho
fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” (LBLA)
2:15 “Cuando
Faraón se enteró del asunto, trató de matar a Moshé; pero Moshé huyó de la
presencia de Faraón y se fue a vivir a la tierra de Midyán, y allí se sentó
junto a un pozo.” (LBLA
revisada) – Según el Midrash[7] Moshé
se fue primero a la tierra de Kush, donde obtuvo su primera esposa que luego
le despidió, cf. Números 12:1. Después llegó a Midyán y se casó con una hija
de Yitró que, según Rashí, era gobernante de Midyán.
Los 40 años en el desierto enseñarían a Moshé a
ser humilde y depender del Eterno para poder ser un verdadero libertador. La
dependencia del Eterno es la clave para tener éxito en el Reino.
Cuarta
aliyá, 3:1-17
3:1 “Y Moshé apacentaba el rebaño de Yitró su suegro,
sacerdote de Midyán; y condujo el rebaño tras el desierto, y llegó a Jorev,
el monte de Dios.” (LBLA revisada) – Siempre
se produce una manifestación y un encuentro sobrenatural si logramos
atravesar el desierto espiritual guiados por el Eterno. Más allá del desierto
está la revelación.
3:2 “Y
se le apareció el ángel de HaShem en una llama de fuego, en medio de una
zarza; y Moshé miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía.” (LBLA revisada) – El Eterno se manifiesta en la tierra por medio
de sus ángeles. Muchas veces estos seres maravillosos se manifiestan como llamas
de fuego, como está escrito en Hebreos 1:7:
“Y
de los ángeles dice: EL QUE HACE A SUS ÁNGELES, ESPÍRITUS, Y A SUS MINISTROS,
LLAMA DE FUEGO.”
Los
que sirven al Eterno tienen que estar ardiendo. Dios no es un Dios de muertos
sino de vivos, y la vida necesita fuego para existir. Por esto los
sacrificios delante del Eterno se dan por medio del fuego y con vino fuerte,
que es algo que “arde”, cf. Números 28:7. Nuestra entrega al Eterno es por
medio del fuego, como está escrito en Romanos 12:11:
“no
seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu,
sirviendo al Señor” (LBLA)
Aprendemos
dos cosas de este arbusto que ardía en una llama de fuego sin ser consumido.
Nuestro servicio al Eterno no puede ser hecho por medio de nuestra propia inspiración,
nuestro propio fuego. Ese fuego nos consume, como está escrito en Ezequiel
28:18:
“Por
la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste
tus santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido;
y te he reducido a ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te
miran.” (LBLA)
La
inspiración del hombre es un fuego que le consume. Pero cuando viene la
inspiración del Eterno, no nos consumimos. Es importante que nuestro servicio
al Eterno sea con la aportación de su fuego, no con el nuestro, que es un
fuego extraño que nos mata, como está escrito en Números 26:61:
“
Pero Nadav y Aviú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de
HaShem.” (LBLA revisada)
Lo
otro que aprendemos de este fenómeno maravilloso es que el pueblo de Israel
ha estado pasando por una opresión muy grande en Egipto y a lo largo de toda
la historia humana, y a pesar de ello no ha sido consumido.
3:5 “Entonces
Él dijo: No te acerques aquí; quítate el calzado de los pies, porque el lugar
donde estás parado es tierra santa.” (LBLA) – Cualquier pastor de ganado
menor que va por el desierto en el Oriente Medio cubre su cabeza para
protegerse del sol y los vientos. Cuando el Eterno se manifestó a Moshé no le
pidió descubrir su cabeza, sino quitar sus botas. No eran sandalias, porque
necesitaba algo más fuerte para proteger sus pies en ese terreno.
3:6 “Y
añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Avraham, el Dios de Yitsjak y
el Dios de Yaakov. Entonces Moshé cubrió su rostro, porque tenía temor de
mirar a Dios.” (LBLA revisada) – Las Escrituras enseñan que delante del
Eterno no es costumbre descubrir la cabeza, sino más bien cubrirse, para
reverenciarle y protegerse de la tremenda luz que hay en la gloria de su
presencia. En el tabernáculo estaba prohibido servir al Eterno sin la cabeza
cubierta. El Sumo Sacerdote tenía que tener una cobertura sobre su cabeza en
todo momento delante del Eterno.
Yeshúa el Mesías es el Sumo Sacerdote que está
sirviendo en estos momentos en el tabernáculo celestial según el orden de
Malki-Tsedek. Como el Sumo Sacerdote en la tierra es una sombra del Sumo
Sacerdote que está en los cielos podemos deducir que el Mesías Yeshúa tiene
su cabeza cubierta al servir en el Tabernáculo celestial, cf. Zacarías 3:1-5;
Revelación 19:12. Así que los que sirven al Eterno en el ministerio de
Malki-Tsedek deben también cubrir sus cabezas en señal de respeto al Eterno,
cf. 2 Samuel 15:30; 1 Reyes 19:13.
3:9-10
“Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y
además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ahora pues, ven
y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de
Egipto.” (LBLA revisada) – HaShem revela a Moshé su gran compasión por el pueblo
oprimido. Moshé tenía que conocer a un Dios que muestra compasión, que
conocía los sentimientos del pueblo, que se preocupaba por su situación y que
era consciente de sus sufrimientos. Si un líder no tiene la compasión del
Eterno por su pueblo, nunca será capaza de tener éxito en el Reino. Esto fue
lo primero que Moshé tenía que aprender en este encuentro divino. Esta
revelación del Eterno compasivo está íntimamente relacionada con el nombre
YHWH. Ese es el nombre que expresa la misericordia y la compasión del Eterno.
Según
el segundo nivel de interpretación, remez, alegórico, podemos
decir que Egipto representa el sistema maligno del mundo actual, el faraón
representa a satán que gobierna en este mundo de maldad, y la esclavitud
representa la situación del hombre bajo el pecado. Estos son los tres
enemigos más importantes del hombre, el mundo, el satán y el pecado. El
último es el más peligroso y conduce a la muerte. Moshé recibe la misión de
sacar al pueblo de estas tres cosas, de Egipto, de la influencia del faraón y
de la esclavitud. De la misma manera el Mesías ha recibido la misión de sacar
al pueblo de Israel del sistema de este mundo, de la influencia del satán y
del poder del yetser hará, la inclinación al mal dentro del
hombre, que le lleva a la muerte.
3:11 “Pero
Moshé dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los hijos de
Israel de Egipto?” (LBLA revisada) – Moshé ya había perdido ese orgullo y
soberbia juvenil que tenía la primera vez cuando intentó liberar a los
israelitas de la esclavitud. Ahora se había ido al otro extremo,
menospreciándose a sí mismo. Esta es la primera objeción que presenta ante el
llamado divino. En total rehúsa obedecer cinco veces. Al final la ira del
Eterno se revela contra él. Humildad no es decir que uno no puede o no sirve.
Humildad es someterse a la voluntad del Eterno y hacer su voluntad incluso si
eso va a producir exaltación, como está escrito en Filipenses 2:8b-9a:
“se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de madero.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo...” (LBLA revisada)
3:12 “Y
Él dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y la señal para ti de que soy yo el
que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto
serviréis a Dios en este monte.” (LBLA revisada) – La pregunta fue: “¿Quién
soy yo?” La respuesta es: “Yo estaré contigo.” Moshé tenía que aprender que
las cosas no se hacen a la manera propia. Ya aprendió que cuando hace las
cosas por si mismo hay resultados desastrosos. No se veía capaz en sí mismo
de sacar a los hijos de Israel de Egipto. Pero no fue lo que el Eterno quiso.
No pensaba que Moshé lo iba a hacer solo. Él iba a estar con él. Las cosas
salen bien al hacerlas junto con el Eterno. Moshé tenía que aprender una
total dependencia del Eterno y no confiar en sí mismo. La dependencia del
Eterno es uno de los secreto más grandes en el Reino, como está escrito en 2
Corintios 12:10:
“Por
eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en
persecuciones y en angustias por amor al Mesías; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.” (LBLA revisada)
En
2 Corintios 1:9 está escrito:
“De
hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de
que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los
muertos.” (LBLA)
En
2 Corintios 3:5 está escrito:
“no
que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede
de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios” (LBLA)
En
1 Corintios 15:10 está escrito:
“Pero
por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó
vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino
la gracia de Dios en mí.” (LBLA)
3:14-15
“Y dijo Dios a Moshé: SERÉ EL QUE SERÉ. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel:
"SERÉ me ha enviado a vosotros." Dijo además Dios a Moshé: Así
dirás a los hijos de Israel: "HaShem, el Dios de vuestros padres, el
Dios de Avraham, el Dios de Yitsjak y el Dios de Yaakov, me ha enviado a
vosotros." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de
mí de generación en generación.” (LBLA revisada) – En total encontramos siete
diferentes nombres del Eterno en esta revelación extraordinaria. Los siete
son:
1. Seré
el que seré – Ehiyé asher ehiyé.
2. Seré
– Ehiyé, forma abreviada del primero.
3. El
Eterno – YHWH.
4. El
Dios de vuestros padres.
5. El
Dios de Avraham.
6. El
Dios de Yitsjak.
7. El
Dios de Yaakov.
El
Targúm de Jerusalén tradujo el versículo 14 de esta manera: “Y la Palabra del
Señor dijo a Moshé: Yo soy el que dijo al mundo ¡Sé!, y fue, y en el futuro
le diré ¡Sé!, y será. Y él dijo: Así dirás a los hijos de Israel: “Yo Soy” me
ha enviado a vosotros.”
El
Midrash[8] dice: “Yo
no soy llamado por ningún nombre permanente; Mi Nombre varía de acuerdo con
el modo en que Mis acciones son percibidas por el hombre,” HaShem explicó.
“Cuando Yo me siento en juicio Yo libro guerra contra los malvados, Yo soy llamado Tsevaot;
cuando suspendo el castigo de un pecador, soy calificado Shadai;
cuando Yo soy misericordioso, me presento como YHWH (HaShem). El nombre Ehiyé
asher ehiyé significa que al igual que Yo estoy con ellos en este
exilio; así estaré con ellos en sus futuros exilios.”
El
mismo Midrash sigue contando que Moshé preguntó si no tenían suficientes
sufrimientos ahora como para ser recordados los sufrimientos futuros. HaShem
le contesta que este nombre sólo le fue revelado a él como su líder, pero a
los hijos de Israel sólo debes mencionar el nombre Ehiyé,
“estaré”, o “seré” para que sepan que yo estaré con ellos en esta aflicción.
La
raíz de la palabra Ehiyé es hayá[9] (hey, yud,
hey), que significa: ser, estar, existir / haber, tener / hacerse, llegar a
ser, convertirse, volverse, ponerse / pertenecer a, servir de.
La
raíz del nombre YHWH es havá[10] (hey, vav,
hey), que significa: ser, estar, existir, devenir, llegar a ser, ocurrir.
La
palabra YHWH[11] (Yud, Hey,
Vav, Hey) está relacionada con los dos verbos hayá y havá.
YHWH es la forma causativa, (hifil), del verbo havá, lo cual
implica que él es (eternamente), él vive (y no puede morir) y hace vivir (da
existencia a todo ser vivo). Él es el que existe por si mismo, el único ser
real, el eternamente presente. Él es la fuente de toda realidad,
incomparable, sin límite, autosuficiente, eterno e inmutable.
En
Isaías 41:4 está escrito:
“¿Quién
lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las generaciones desde el
principio? Yo, HaShem (YHWH), soy el primero, y con los postreros estoy.”
(LBLA revisada)
Esto
nos enseña que el Eterno no está dentro del tiempo. Él es el primero y al
mismo tiempo está con los postreros. Él está en estos momentos presente en el
huerto del Edén cuando Adam toma el fruto prohibido. Él está en estos
momentos presente cuando su Hijo está derramando su sangre en el madero. Él
está presente en la segunda venida del Mesías y en el juicio eterno. Él está
en el pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. No necesita recordar
el pasado, él está en el pasado. Él no necesita pronosticar el futuro, él
está en el futuro. Él es el primero y con los postreros está.
Esto
implica que él no necesitaba ver el futuro y el pasado en el momento cuando
el Mesías murió por todos los hombres. Él estaba presente en todas las vidas
de las personas que habían vivido, las que vivían en ese momento y las que
iban a ser creadas en el futuro. Y por razón de que él es, él puede trasladar
los pecados de todos los hombres del pasado, presente y del futuro, y colocarlos
en el cuerpo de su Hijo para que él pueda morir por todos sin excepción. Así
que en estos momentos el Eterno está viendo la muerte de Yeshúa, sangrando
por ti. Su muerte está eternamente presente ante el trono celestial. Por
causa de esa muerte tú y yo tenemos acceso a su trono de misericordia. Por
causa de que ÉL ES, podemos nosotros estar con él y recibir su vida
eternamente y para siempre. ¡Bendito sea su Nombre!
En
Revelación 4:8 está escrito:
“Y
los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos
de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: SANTO,
SANTO, SANTO, es HASHEM ELOHIM, TSEVAOT, el que era, el que es y el que ha de
venir.” (LBLA revisada)
En
1 Timoteo 6:16 está escrito:
“el
único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún
hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.”
(LBLA)
Sólo
HaShem tiene inmortalidad. Es el ÚNICO que tiene inmortalidad. El único
inmortal habita en una luz inaccesible. Ningún hombre ha visto ni puede ver
al único que tiene inmortalidad. Así que si Yeshúa fuera inmortal no lo
podríamos ver, ni podría morir. El único que tiene inmortalidad es el Eterno, el Ilimitado.
El Hijo de Dios pudo morir y lo pudimos ver. Así que aquí no se habla de él.
En
1 Timoteo 1:17 está escrito:
“Por
tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (LBLA)
El
único Dios es el Rey eterno inmortal y invisible. Yeshúa fue mortal y visible.
Así que el único Dios no puede incluir a Yeshúa.
En
Juan 5:26 está escrito:
“Porque
así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener
vida en sí mismo” (LBLA)
Originalmente
sólo el Padre tenía vida en sí mismo. Luego el Padre dio al Hijo tener vida
en sí mismo. Si el Padre no lo hubiera dado, el Hijo no lo tendría. El Hijo
recibió del Padre la inmortalidad. No la tenía en sí mismo, la recibió.
En
Romanos 2:6-7 está escrito:
“el
cual PAGARA A CADA UNO CONFORME A SUS OBRAS: a los que por la perseverancia
en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna.” (LBLA)
El
alma del hombre no es inmortal. El hombre no es inmortal. Sólo hay uno que es
inmortal. El hombre busca inmortalidad. HaShem comparte su inmortalidad con
los que están conectados con él. Él es el dador de la vida y la existencia.
No hay vida ni existencia fuera de él. Ningún ser puede existir si el Eterno
no le da existencia. Los ángeles viven porque el Eterno los está dando vida.
Los demonios viven porque el Eterno les está dando vida. Los hombres viven
porque el Eterno los está dando vida. El que se aleja del Dador de la vida se
muere, se elimina, deja de existir, desaparece. Fuera del dador de la vida no
hay existencia.
Las
Escrituras dicen que sólo hay Uno que es inmortal, el que da vida a todo,
como está escrito en 1 Timoteo 6:13a:
“Te
mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas” (LBLA)
En
Hechos 17:24-25, 28a está escrito:
“El
Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo
y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido
por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida
y aliento y todas las cosas... porque en El vivimos, nos movemos y
existimos.” (LBLA)
Esa
capacidad de dar vida la ha entregado a su Hijo, el último Adam, como está
escrito en 1 Corintios 15:45:
“Así
también está escrito: El primer HOMBRE, Adam, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El
último Adam, espíritu que da vida.” (LBLA)
En
Juan 5:25 está escrito:
“En
verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos
oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.” (LBLA)
En
Juan 10:27-28 está escrito:
“Mis
ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y
jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.” (LBLA)
En
1 Juan 5:11-13 está escrito:
“Y
el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en
su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios,
no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el
nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.” (LBLA)
“HaShem, el Dios
de vuestros padres, el Dios de Avraham, el Dios de Yitsjak y el Dios de
Yaakov..." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de
mí de generación en generación.” (LBLA
revisada)
El nombre YHWH (HaShem, el Eterno) está
íntimamente relacionado con los tres patriarcas. Su nombre implica que está
dando existencia a estos tres. Los patriarcas habían muerto en el tiempo de
Moshé, no estaban vivos. Los patriarcas no estaban vivos sino muertos en el
tiempo de Yeshúa.
Los saduceos no creían en la resurrección.
Tampoco aceptaban otras Escrituras fuera del Jumash, el
Pentateuco. Por lo tanto, cuando Yeshúa entró en discusión con ellos en
cuanto a la resurrección, no usó argumentos de los libros que ellos no
aceptaban como inspirados, (donde claramente se habla de la resurrección de
los muertos, cf. Job 19:26; Isaías 26:19; Daniel 12:2, 13 etc.), sino usó
el Jumash. Citó el texto que estamos estudiando, como está
escrito en Lucas 20:37-38:
“Pero que los muertos resucitan, aun Moshé lo
enseñó, en aquel pasaje sobre la zarza ardiendo, donde llama al Señor, EL
ELOHIM DE AVRAHAM, Y ELOHIM DE YITSJAK, Y ELOHIM DE YAAKOV. El no es Dios de
muertos, sino de vivos; porque todos viven para El.” (LBLA
revisada)
¿Cuál es el argumento de Yeshúa? Si no hay
resurrección, como dicen los saduceos, ¿cómo el Eterno puede confesarse a los
patriarcas y decir que es el Dios de ellos, si están muertos? Él no es un
Dios de muertos sino de vivos. Esto nos enseña que los patriarcas estaban
muertos cuando Yeshúa habló. Si Yeshúa los hubiera considerado como vivos, no
tendría argumentos en contra de los saduceos. Para nuestro Maestro, la
resurrección era necesaria para que el Eterno pudiera ser el Dios de Avraham,
Yitsjak e Israel. Si no hay resurrección, ellos siguen siendo muertos, y
HaShem sería un Dios de muertos. Así que la doctrina que enseña que están
vivos los que han dormido en la fe, está equivocada. Los que durmieron
necesitan la resurrección de sus cuerpos para estar vivos. Avraham, Yitsjak y
Yaakov tienen que resucitar para que puedan ser considerados como vivos y
Dios ser un Dios de vivos. Según Yeshúa, el hombre no puede vivir sin cuerpo.
La resurrección es una condición para que el hombre pueda vivir eternamente,
como está escrito en 1 Corintios 15:53-54:
“Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria.” (LBLA)
La muerte no podrá ser devorada hasta que venga
la resurrección, cuando los cuerpos muertos serán vivificados.
Quinta
aliyá, 3:18 – 4:17
3:16 “Ve
y reúne a los ancianos de Israel, y diles: "YHWH, el Dios de vuestros
padres, el Dios de Avraham, de Yitsjak y de Yaakov, se me ha aparecido,
diciendo: 'Ciertamente os he visitado y he visto lo que se os ha hecho en
Egipto.” (LBLA revisada) – Vemos claramente como Moshé pronunció el Nombre
del Eterno ante los hijos de Israel. Incluso lo hizo ante el faraón, cf.
5:1-2, 17.
Como
Moshé dio a conocer el Nombre de YHWH al pueblo de Israel, así el Mesías
Yeshúa dio a conocer el Nombre del Padre a sus discípulos, como está escrito
en Juan 17:6, 26:
“He
manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me
los diste, y han guardado tu palabra... Yo les he dado a conocer tu nombre, y
lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en
ellos.” (LBLA)
3:18 “Y
ellos escucharán tu voz; y tú irás con los ancianos de Israel al rey de
Egipto, y le diréis: "HaShem, el Dios de los hebreos, nos ha salido al
encuentro. Ahora pues, permite que vayamos tres días de camino al desierto
para ofrecer sacrificios al Eterno nuestro Dios.” (LBLA revisada) – Aquí se
presenta el Eterno como el Dios de los hebreos. Es la primera vez que aparece
esta expresión en las Escrituras. La palabra “los hebreos” (ha-ivrim)
aparece catorce veces en el Jumash (Pentateuco) de manera
común, y una vez de manera diferente. Las cuatro primeras veces son estas:
1. Génesis
40:15 – en relación con la tierra de Israel.
2. Génesis
43:32 – en relación con la comida.
3. Éxodo
2:6 – en relación con el pueblo.
4. Éxodo
3:18 – en relación con el Eterno.
En
Éxodo 3:18 aparece la palabra ha-ivriyim con una doble yud.
Es la única vez que aparece así en la Escritura. Esto nos enseña que aquí hay
un secreto escondido en la expresión “el Dios de los hebreos”.
· La yud es
la primera letra del Nombre del Eterno – Se identifica tanto con los hebreos
que pone su nombre entre ellos.
· La yud es
la décima letra del alefato hebreo – Las diez palabras fueron dadas en el
monte Sinai. También hubo diez plagas para liberar a los hebreos de Egipto.
· La
doble yud aparece también en la palabra va-yitser (“y
formó”) en Génesis 2:7. Según Rashí significa que hubo dos actos de formación
del ser humano (a diferencia de los animales), una para este mundo y otra
para la resurrección de los muertos. En el cuerpo humano está la semilla para
el cuerpo de resurrección, cf. 1 Corintios 15:42-44. Cuando la doble yud aparece
en la palabra “los hebreos” en Éxodo 3:18 hay una alusión a que los hebreos
son los que viven en dos dimensiones, en este mundo y el mundo celestial.
Entre los hebreos hay dos clases de personas, los que son de la tierra
solamente, (como la arena), y los que además son del cielo, (como las
estrellas). Los hebreos que tienen la relación con el Eterno son los que han
sido marcados con doble yud, son los hijos celestiales.
“tres
días de camino” – Aluden a la resurrección del Mesías.
4:2 “Y
HaShem le dijo: ¿Qué es eso que tienes en la mano? Y él respondió: Una vara.”
– La vara representa al Mesías, como está escrito en Génesis 49:10:
“El
cetro no se apartará de Yehudá, ni la vara de gobernante de entre sus pies,
hasta que venga Shiló, y a él sea dada la obediencia de los pueblos.” (LBLA
revisada)
En
Números 24:17 está escrito:
“Lo
veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de
Yaakov, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moav y
derrumbará a todos los hijos de Shet.” (LBLA revisada)
4:3 “Entonces
Él dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra y se convirtió en una
serpiente; y Moshé huyó de ella.” (LBLA revisada) – El Mesías tuvo que ser
puesto en lugar del hombre pecador. El pecado, que es la naturaleza de la
serpiente antigua, entró en su carne y en ese sentido él fue transformado en
serpiente para ser castigado como pecador en lugar nuestro, como está escrito
en Juan 3:14-15:
“Y
como Moshé levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea
levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en Él vida
eterna.” (LBLA revisada)
4:5 “Por
esto creerán que se te ha aparecido HaShem, el Dios de sus padres, el Dios de
Avraham, el Dios de Yitsjak y el Dios de Yaakov.” (LBLA revisada) – Como Moshé
fue enviado a los hijos de Israel con señales sobrenaturales, así también
Yeshúa el Mesías. Los milagros confirman el mensaje del enviado por el
Eterno, como está escrito en Juan 5:36:
“Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el
de Yojanán; porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las
mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha
enviado.” (LBLA revisada)
En
Juan 10:37 está escrito:
“Si
no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no
me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en
mí y yo en el Padre.” (LBLA)
En
Juan 15:24 está escrito:
“Si
yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no
tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a
mi Padre.” (LBLA)
4:6-7 “Y
añadió HaShem: Ahora mete la mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno,
y cuando la sacó, he aquí, su mano estaba leprosa, blanca como la nieve.
Entonces Él dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Y él volvió a meter la
mano en su seno, y cuando la sacó de su seno, he aquí, se había vuelto como
el resto de su carne.” (LBLA revisada) – El Mesías es llamado “el leproso” en
la tradición judía.[12] Realmente
no se trata de la enfermedad que hoy en día se llama lepra que no tiene las
mismas síntomas. El nombre hebreo de esta plaga es tsaráat. Los
sabios de Israel enseñan que es un castigo divino por haber hablado lashón
hará, “mala lengua”. En ese caso Moshé fue castigado por haber dicho que
los hijos de Israel no le creerían. Miryam fue castigada con esta plaga por
haber hablado contra el siervo del Eterno, etc.
La
mano de Moshé representa al Mesías que está en el seno del Padre, como está
escrito en Juan 1:18:
“Nadie
ha visto jamás a Dios; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él
le ha dado a conocer.” (LBLA)
La
primera vez cuando salió del seno del Padre, vino como “leproso” para cargar
la lepra del pecado del hombre. Luego fue devuelto al lugar donde había
salido para volver a ser manifestado otra vez, sin relación con el pecado,
como está escrito en Hebreos 9:28:
“así también el Mesías, habiendo sido ofrecido una
vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin pecado,
para salvación de los que ansiosamente le esperan.”
(LBLA revisada)
4:8 “Y
acontecerá que si no te creen, ni obedecen el testimonio de la primera señal,
creerán el testimonio de la segunda señal.” (LBLA) – La primera vez cuando
vino el Mesías la mayoría de los judíos no le creyeron. Lo harán en su
segunda venida.
4:9 “Y
sucederá que si todavía no creen estas dos señales, ni escuchan tu voz,
entonces sacarás agua del río y la derramarás sobre la tierra seca; y el agua
que saques del río se convertirá en sangre sobre la tierra seca.” (LBLA
revisada) – El que no cree en las dos señales que el Padre ha dado acerca del
Mesías y resiste a Yeshúa en su segunda venida sufrirá la muerte y su sangre
será derramada sobre la tierra, cf. Revelación 19:19-21. En relación con la
segunda vendida del Mesías, las naciones gentiles, representadas por el agua,
vendrán sobre la tierra de Israel, representada por la tierra seca, y allí
morirán, se convertirán en sangre, cf. Ezequiel 38-39; Isaías 61:1-4;
Revelación 14:18-20.
4:12 “Ahora
pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar.”
(LBLA) – De la misma manera el Mesías Yeshúa no habló nada en si mismo, sólo
lo que el Padre le ponía en su boca, como está escrito en Deuteronomio 18:18:
“Un
profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su
boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.” (LBLA)
En
Juan 12:49 está escrito:
“Porque
yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha
enviado me ha dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de
hablar.” (LBLA)
En
Juan 14:10 está escrito:
“¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en
mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que
el Padre que mora en mí es el que hace las obras.”
(LBLA)
4:13 “Pero
él dijo: Te ruego, Eterno, envía ahora el mensaje por medio de quien tú
quieras.” (LBLA) – Esta es una referencia al Mesías.
4:16 “Además,
él hablará por ti al pueblo; y él te servirá como boca y tú serás para él
como Dios.” (LBLA revisada) – Moshé recibió la función de ser Elohim,
juez supremo, con máxima autoridad. La palabra hebrea Elohim no
es un nombre personal del Creador, sino una función, un título. El no se llama
Dios, él ES Dios. Un hombre puede obtener varios cargos, tener varias
funciones, puede ser abogado, padre, amigo y presidente. Todos estos títulos
son funciones, pero ninguno de ellos es su nombre personal. El nombre
personal de alguien no es lo mismo que la función que ejerce. Por ejemplo:
“Miguel es policía”. Su nombre es Miguel y él ejerce el cargo de policía. Lo
mismo ocurre cuando está escrito: “YHWH es Dios”, Deuteronomio 4:39. Su
nombre es YHWH y él ejerce el cargo de Dios, Elohim. El Creador
tiene un nombre personal con el cual se revela, YHWH, como está escrito en
Éxodo 15:3:
“HaShem
es fuerte guerrero; YHWH es su nombre.” (LBLA revisada)
Este
es su nombre personal. Los demás nombres suyos son nombres genéricos, son
títulos, que representan sus diferentes funciones, y “Dios”, Elohim, es
uno de ellos. Esta función de ser Elohim fue delegada a
Moshé. De la misma manera, el Mesías ha recibido la autoridad del Dios
invisible para ser Elohim, como está escrito en Juan 1:1:
“En
el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios,[13] y la
Palabra era Dios (Elohim).[14]” (LBLA revisada)
La
Palabra, la Torá, estaba con Dios el Padre, y la Torá ejercía la función
de Elohim, máxima autoridad y poder. Esa Torá luego fue hecha
carne, y habitó entre nosotros, como está escrito en Juan 1:14.
“Y
la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (LBLA)
En Éxodo 4:16 la forma plural Elohim está
empleada sobre un hombre que representa al Todopoderoso en la tierra, cf.
Éxodo 21:22; 22:8-9. Si el término Elohim hubiera sido usado
únicamente para mostrar pluralidad, no se podría usar sobre un solo
hombre. Moshé no era más que una persona. Y cuando él
recibió la autoridad de representar al Todopoderoso en la tierra no fue
llamado con los términos hebreos El o Eloah, que
son dos formas singulares, sino con la palabra plural Elohim que
es la forma plural de Eloah. Esto nos enseña que la palabra Elohim no
denota pluralidad de personas, sino autoridad en extremo. El término Elohim es
usado aquí sobre una sola persona humana, que ha recibido la autoridad plena
de actuar en lugar del Todopoderoso en la tierra. Esto fue cierto en el caso
de Moshé y es cierto en el caso de Yeshúa el Mesías, pero en este último su
autoridad no está limitada a Egipto solamente, sino ha recibido toda
autoridad en el cielo y en la tierra, como está escrito en Mateo 28:18:
“Y
acercándose Yeshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el
cielo y en la tierra.” (LBLA revisada)
Sexta
aliyá, 4:18-31
4:18 “Moshé se fue y volvió a casa de su suegro Yéter,
y le dijo: Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en
Egipto, y ver si aún viven. Y Yéter dijo a Moshé: Ve en paz.”
(LBLA revisada) – Según Rashí, el suegro de Moshé tenía siete nombres: Reuel,
Yéter, Yitró, Kení, Jovav, Jéver y Putiel.
4:19 “Y
HaShem dijo a Moshé en Midyán: Ve, vuelve a Egipto, porque han muerto todos
los hombres que buscaban tu vida.” (LBLA revisada) – De la misma manera el
padre de Yeshúa recibió el mensaje de volver a la tierra de Israel, como está
escrito en Mateo 2:20:
“Levántate,
toma al Niño y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que
atentaban contra la vida del Niño han muerto.” (LBLA)
4:20 “Moshé
tomó su mujer y sus hijos, los montó sobre un asno y volvió a la tierra de
Egipto. Tomó también Moshé la vara de Dios en su mano.” (LBLA revisada) – De
la misma manera el Mesías vino sobre un asno, como está escrito en Zacarías
9:9:
“Regocíjate
sobremanera, hija de Tsion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí,
tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno,
en un pollino, hijo de asna.” (LBLA revisada)
4:22 “Entonces
dirás a Faraón: "Así dice HaShem: 'Israel es mi hijo, mi primogénito.” –
Ser primogénito no significa siempre ser el primer nacido, sino también puede
denotar grandeza, cf. Salmo 89:27. Israel es la más joven de las naciones de
la tierra que fueron formadas en Génesis 10. Aun así, Israel ejerce, como
primogénito de las naciones, la función de recibir la doble herencia del
Padre, de ser sacerdote y de gobernar. Israel es la cabeza de las naciones,
cf. Éxodo 19:5-6. El Mesías es la encarnación de Israel. Él es el primogénito
del Padre para cumplir con estas tres funciones. Cuando Israel fue sacado de
Egipto, el hijo de Dios salió, como está escrito en Hoshea 11:1:
“Cuando
Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.” (LBLA)
En
Mateo 2:15 está escrito:
“y
estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor
habló por medio del profeta, diciendo: DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO.” (LBLA)
4:25 “Entonces
Tsiporá tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies
de Moshé, y dijo: Tú eres, ciertamente, un esposo de sangre para mí.” (LBLA
revisada) – El Mesías es también un esposo de sangre.
4:31 “y
el pueblo creyó. Y al oír que HaShem había visitado a los hijos de Israel y
había visto su aflicción, se postraron y adoraron.” (LBLA revisada) – Yosef
había hablado unas palabras claves en cuanto a la salida de Egipto, como está
escrito en Génesis 50:24-25:
“Y
Yosef dijo a sus hermanos: Yo voy a morir, pero Dios VISITANDO OS VISITARÁ y
os hará subir de esta tierra a la tierra que El prometió en juramento a
Avraham, a Yitsjak y a Yaakov. Luego Yosef hizo jurar a los hijos de Israel,
diciendo: Dios VISITANDO OS VISITARÁ, y llevaréis mis huesos de aquí.” (LBLA
revisada)
Las
palabras claves son: “visitando visitará”, en hebreo pakod yifkod.
Ahora Moshé vuelve a hablar de la misma manera, diciendo que el Eterno los ha
visitado. Por esto los hijos de Israel reconocieron que era la voz del Eterno
que estaba hablando, y creyeron.
La
primera vez cuando aparece la palabra “visitar” es en Génesis 21:1, donde
habla de que el Eterno visitó a Sará para causar el milagro del nacimiento
sobrenatural del hijo de la promesa. De la misma manera ha venido ahora para
producir algo que para los hombres es imposible, la salida de los hijos de
Israel de Egipto.
Séptima
aliyá, 5:1– 6:1
5:1 “Después Moshé y Aharón fueron y dijeron a Faraón: Así
dice HaShem, Dios de Israel: "Deja ir a mi pueblo para que me celebre
fiesta en el desierto."” (LBLA
revisada) – Es la primera vez que aparece la expresión “Dios de
Israel”. Está relacionada con tres cosas:
1. El
pueblo de Israel
2. Liberación
total de toda esclavitud
3. Fiesta
al Eterno
El Eterno
es el Dios de Israel. La expresión “Dios de Israel” aparece unas 200 veces en
las Escrituras.
No
obstante, Rav Shaúl dice una vez que él es también el Dios de los gentiles,
en Romanos 3:29, donde está escrito:
“¿O es
Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles?
Sí, también de los gentiles.”
Pero ese
“también” no implica que ha pasado de ser el Dios de los gentiles a costa de
los judíos. Sigue siendo el Dios de Israel y el Dios de los judíos en primer
lugar.
El Dios de
Israel libera al hombre de los tres enemigos más importantes, el mundo, el
satán y el pecado que lleva a la muerte. Nos libera de los tres para poder
servirle eternamente.
La
fiesta a la cual se refiere es la fiesta de Shavuot, Pentecostés.
En esa fiesta fue entregada la Torá. La palabra hebrea para fiesta jag viene
de la raíz jagag[15] que
significa: “moverse en círculo”, “celebrar”, “festejar”. De esto aprendemos
que el Eterno desea que nos regocijemos en danzas delante de él. Él ha
establecido sus propias fiestas y las comparte con su pueblo para que podamos
celebrar con él nuestra liberación, cf. Levítico 23.
5:3 “Entonces ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha
salido al encuentro. Déjanos ir, te rogamos, camino de tres días al desierto
para ofrecer sacrificios a HaShem nuestro Dios, no sea que venga sobre
nosotros con pestilencia o con espada.” (LBLA
revisada) – Los tres días aluden a la resurrección del Mesías en
el tercer día. También nos enseña que la obra de la muerte y la resurrección
del Mesías es lo que nos aleja del mundo y sobre la cual podemos servir al
Padre con sacrificios agradables, como está escrito en 1 Pedro 2:5:
“También
vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por
medio de Yeshúa el Mesías.” (LBLA revisada)
[5] Strong
H4872 môsheh, mo-sheh', From H4871; drawing out
(of the water), that is, rescued; Mosheh, the
Israelitish lawgiver: - Moses.
[6] Strong
H4871 mâshâh, maw-shaw', A primitive root;
to pull out (literally or figuratively): - draw (out).
[9] Strong
H1961 hâyâh, haw-yaw', A primitive root (compare
H1933); to exist, that is, be or become, come to pass (always
emphatic, and not a mere copula or auxiliary): - beacon, X altogether, be
(-come, accomplished, committed, like), break, cause, come (to pass),
continue, do, faint, fall, + follow, happen, X have, last, pertain, quit
(one-) self, require, X use.
[10] Strong
H1933 hava' havah, haw-vaw', haw-vaw', A
primitive root (compare H183, H1961) supposed to mean properly to breathe;
to be (in the sense of existence): - be, X have.
[11] Strong
H3068 From H1961; (the) self Existent or
eternal; Jehovah, Jewish national name of God: - Jehovah, the
Lord. Compare H3050, H3069.
[15] Strong
H2287 châgag, khaw-gag', A primitive root (compare
H2283, H2328); properly to move in a circle, that is,
(specifically) to march in a sacred procession, to observe a
festival; by implication to be giddy: - celebrate,
dance, (keep, hold) a (solemn) feast (holiday), reel to and fro.
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terça-feira, 29 de dezembro de 2015
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